Especialistas alerta sobre aumento en padecimiento de hígado graso en México
La Asociación Mexicana de Gastroenterología (AMG), la Asociación Mexicana de Hepatología (AMH) y Medix®, suman esfuerzos para impulsar la importancia de la prevención, detección y tratamiento del hígado graso no alcohólico.
Aunque lo padecen más las personas adultas sin distinción de género, cada vez es más frecuente su diagnóstico en niños menores de 14 años.
El equipo para su tratamiento debe ser multidisciplinario (médicos y profesionales de la salud) para lograr los mejores resultados en beneficio del paciente.
El hígado graso es un padecimiento en aumento, considerado entre la primera y segunda causa de enfermedad crónica hepática. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Hepatología (AMH), el hígado graso es la acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en los hepatocitos (células hepáticas). Esto puede llevar a inflamación del hígado, con la posibilidad de desarrollar fibrosis y finalmente terminar en el daño hepático crónico o cirrosis, muy similar a la que se produce en las personas que consumen cantidades importantes de alcohol.
La Dra. Graciela Castro Narro, Hepatóloga miembro de la AMH indica: “En este momento lo padecen más las personas adultas y no hay una diferencia clara en cuanto a género, desafortunadamente, se está viendo que es cada vez más frecuente en niños. Debemos de trabajar mucho en esto, porque es algo que aunque tienen que ver factores genéticos, también tienen que ver factores ambientales. Debemos llevar una alimentación adecuada, hacer ejercicio y una vida sana en general”.
Los factores metabólicos que pueden producir enfermedad hepática grasa no alcohólica son: el síndrome metabólico, obesidad, diabetes tipo 2 y dislipidemias.
Considerando que la obesidad y la diabetes en particular se han convertido en emergencias epidemiológicas en el país, instancias como la Asociación Mexicana de Gastroenterología (AMG) y la AMH suman esfuerzos para promover la detección, prevención y tratamiento del hígado graso.
“Siempre habíamos trabajado de manera aislada ambas asociaciones, así que es muy importante unir fuerzas y sumar diferentes especialidades para que se detecte a tiempo este problema, se prevenga y se trate a los pacientes. También están participando otros especialistas como gastroenterólogos pediatras, nutriólogos, psicólogos, endocrinólogos, ya que en conjunto se pueden alcanzar los mejores resultados”, asegura la Dra. Castro Narro.
Debido a que el hígado graso puede alcanzar el nivel de epidemia con gran velocidad si no se toma acción, la AMG en conjunto con la AMH publicarán en el XIII Congreso Nacional de Hepatología del 13 al 16 de junio el 1er. Consenso de Enfermedad Hepática No Alcohólica con cifras y estadísticas nacionales de este padecimiento para dar a conocer la situación actual de país, aunque es sabido que cada vez se diagnostica más a menores de 14 años.
A esta sinergia se suma Medix®, con más de 60 años en el mercado, quien en su compromiso con la educación médica continua en beneficio del paciente ante el sobrepeso, obesidad y diabetes, impulsa y apoya esta iniciativa debido a su estrecha relación con el hígado graso.
El hígado es un órgano que suele no presentar síntomas hasta que el problema está muy avanzado y con complicaciones. Es por eso que la diferencia entre un diagnóstico a tiempo y el tratamieto tardío puede salvar la vida del paciente. Se puede empezar a investigar un problema hepático si la persona está cansada, con sobrepeso, o con enfermedades como diabetes, dislipidemias o presenta elevación de triglicéridos. Algunas personas se quejan de dolor leve a moderado abdominal en el hipocondrio derecho (la zona donde se encuentra el hígado).
Se descubre sólo después de un ultrasonido abdominal que muestra el hígado “brillante". Otra manera es a través de un análisis de sangre.
Aunque la biopsia hepática es el único examen que certifica el diagnóstico y es un procedimiento de bajo riesgo, no todas las personas con sospecha de hígado graso son sometidas a este procedimiento. Es, sin embargo, la única prueba que distingue entre "esteatosis simple" (acumulación de grasa) y "esteatohepatitis "(grasa asociada a inflamación y fibrosis).
El tratamiento del hígado graso consiste fundamentalmente en la normalización del peso y aumentar la actividad física, incluso como medida preventiva. La obesidad y el sobrepeso, principales factores de riesgo son modificables mediante cambios en el estilo de vida. Otras recomendaciones incluyen evitar el alcohol y los medicamentos innecesarios. En los pacientes que se encuentran en etapas más avanzadas de la enfermedad (inflamación o fibrosis hepática importante), algunos medicamentos pueden ayudar, como antioxidantes (vitamina E) o agentes sensibilizadores a la insulina. Hay algunos medicamentos que pueden ayudar en la disminución de grasa en el hígado, unos que ya se utilizan y algunos otros que están aún en estudio (en fase 3) que se pueden emplear dependiendo de las características del paciente. Cuando ya se necesitan medicamentos es principalmente para bajar los triglicéridos y para controlar la glucosa.
“Aunque el hepatólogo es el especialista en las enfermedades hepáticas como tal, médicos internistas también pueden detectar el problema y derivarlo a un hepatólogo. Puede ser cualquier médico general o de primer contacto quien detecte el problema e iniciar un tratamiento. Todos en la comunidad médica y profesionales de la salud (nutriólogos, psicólogos, etc.) debemos estar bien enterados de la enfermedad ya que es un problema de salud en aumento. Debe ser un equipo multidisciplinario para lograr los mejores resultados en beneficio del paciente”
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