Una nueva esperanza para México

No sé ustedes, pero yo creo que fue una gran decisión (y muy acertada) por parte parte de la Federación Mexicana de Futbol, invitar a Gerardo “El Tata” Martino a dirigir a la Selección Mexicana.
Comenzaba la semana donde todos éramos conscientes de que llegaría el rosarino a México, tras su exitoso paso por Atlanta United, pero teníamos ese morbo de la presentación, natural en el ser humano y más en el periodista deportivo.
Martino es, sin dudarlo, un hombre de experiencia. Como jugador debutó en el equipo que está grabado en el corazón de Messi o de Nahuel Guzmán, Newells Old Boys, conjunto al que después dirigió y lo hizo campeón de la Liga Argentina en 2013.
Cinco fueron los clubes que pasó como jugador en Argentina, Chile y Ecuador, los países donde hizo rodar el balón como mediocampista.
Tras colgar los botines, no pudo despegarse de su pasión y, pasados 2 años de su adiós, volvió para dirigir al Almirante Brown de Arrecifes en la Liga B de Argentina.
Su carrera como director técnico avanzó, dirigiendo a equipos argentinos, pero podría decirse que su momento cumbre fue cuando emigró al futbol paraguayo. Ahí se consagró campeón de clubes como Libertad y Cerro Porteño, además de comandar al seleccionado guaraní al Mundial de Sudáfrica 2010.
En la Copa del Mundo, sorprendió a todos al llegar hasta los Cuartos de Final, el reto que hoy buscará con el Tricolor.
Tras pasar por el Barcelona entre 2013 y 2014, además de la Selección Argentina de 2014 al 2016, en el Atlanta de la MLS encontró su reivindicación. En Estados Unidos comenzó un nuevo proyecto en el 2017, con una franquicia de reciente creación y la ha llevado al éxito en la pasada temporada 2018.
Un hombre serio, carente de reflectores y para nada incendiaria, así se ha manejado la carrera de Gerardo Martino. Su mesura y sapiensa hacen tanta falta en un futbol como el nuestro. Bienvenido, “Tata”.
Vía: SportMan