Abandono de la milpa provoca migración en comunidades mayas
El abandono de la milpa como principal fuente de sustento alimentario en las comunidades mayas contemporáneas, es uno de los factores que fomenta el fenómeno migratorio en la Península de Yucatán, advirtió el investigador del Ciesas Peninsular, Jesús Lizama Quijano.
En el marco del conversatorio sobre la milpa y las llamadas Cabañuelas Mayas, en el auditorio de ese Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), indicó que la milpa se ha abandonado porque el conocimiento para su cultivo y aprovechamiento se ha perdido paulatinamente.
“Muchos milperos dejaron de serlo para convertirse en fuerza de trabajo en zonas urbanizadas, y ese conocimiento ya no es transmitido a las nuevas generaciones, lo que hace que también las nuevas generaciones apuesten por su fuerza de trabajo como medio de sustento”, explicó.
Se sabe que ceremonias como el “cha –chaac”, un ritual milenario para pedir lluvias abundantes, antes de la siembra, ya son muy poco comunes en las poblaciones mayas de esta entidad, comentó.
La milpa fue hasta finales del siglo pasado, la fuente de alimento de miles de familias de las comunidades mayas, que complementaban lo producido con intercambios y con recursos obtenidos con otros oficios o rentando la fuerza de trabajo.
Al abandonarse la milpa, esos alimentos que antes se obtenían de la tierra, ya tienen que obtenerse por otras vías y es ahí donde empieza a gestarse la migración hacia las zonas urbanas o incluso hacia los Estados Unidos como sucede como muchos municipios del sur del estado, añadió.
Por ello, esfuerzos de milperos y colectivos locales que promueven el intercambio y la preservación de saberes, así como el resguardo de semillas nativas y mejoradas de maíz son muy importantes para recuperar el apego a la milpa, sobre todo en las comunidades con mayores niveles de marginación y falta de empleo, precisó.
Consideró importante llevar ese esfuerzo a las comunidades en donde se ha roto ese proceso de transferencia del conocimiento, y también revalorar a la milpa como un medio para enfrentar los problemas que han generado los efectos del cambio climático en la actividad agrícola.
Además de defender los territorios y las lenguas indígenas, también es necesario defender y difundir los conocimientos ancestrales sobre todo en este caso en donde se habla de recobrar sustentabilidad alimentaria en medio de un clima cada vez más irregular y del apego al lugar de origen, reiteró el especialista.