La brecha salarial y la educación en México
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), dice que, en promedio, las personas con licenciatura tienen una tasa de empleo del 85% y de 59% quienes dejaron sus estudios en la preparatoria.
En el caso de las mujeres, el panorama es aún más desafiante: solo el 53% de aquellas con educación universitaria cuenta con un trabajo remunerado, porcentaje que se reduce al 47% entre quienes solo completaron la preparatoria.
México ocupa el cuarto lugar en América Latina con la menor participación económica de mujeres, lo que subraya la necesidad de cerrar esta brecha para impulsar el desarrollo económico del país.
La brecha salarial en México sigue siendo un desafío significativo que afecta el desarrollo económico y social del país. Según datos de la ONU, se estima que las mujeres ganan, en promedio, un 20% menos que los hombres por el mismo trabajo, un fenómeno que se agrava en sectores donde la educación y la capacitación son limitadas.
Las mujeres ganan 77 centavos mientras que los hombres ganan un dólar ante un trabajo de igual valor. Dicha brecha salarial es aún mayor para las mujeres con hijos.
Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), dice que, en promedio, las personas con licenciatura tienen una tasa de empleo del 85% y de 59% quienes dejaron sus estudios en la preparatoria. Al separar los datos para las mujeres, la OCDE indica que el 53% de las mujeres con educación universitaria tiene un trabajo remunerado y disminuye a 47% entre las que concluyen la preparatoria.
“Los niveles más altos de educación generalmente se traducen en mejores oportunidades de empleo y mayores ingresos”, lo cual es un “incentivo importante para que las personas busquen educación y capacitación”, apunta el organismo en el Panorama de la Educación.
A pesar de los avances en la educación en las últimas décadas, persisten desigualdades en el acceso y la calidad de la enseñanza, lo que impacta directamente en las oportunidades laborales de las personas, especialmente de las mujeres y de comunidades marginadas. Se destaca que las brechas educativas son un factor clave que perpetúa la desigualdad salarial.
La falta de programas de capacitación y actualización profesional contribuye a la disparidad salarial y algo que es importante, es que mientras no se tenga acceso a educación de calidad, las desventajas seguirán siendo significativas.
Es por ello, que es importante que el gobierno, las instituciones educativas y el sector privado trabajen juntos para:
Fortalecer la educación inclusiva: Asegurar que todos los grupos sociales tengan acceso a una educación de calidad, fomentando la igualdad desde la infancia.
Promover la capacitación continua: Implementar programas de formación que permitan a los trabajadores, especialmente a las mujeres, actualizar sus habilidades y mejorar su competitividad en el mercado laboral.
Fomentar políticas de igualdad salarial: Implementar medidas que garanticen la equidad en el pago y promuevan un ambiente laboral inclusivo.
La brecha salarial refleja desigualdades estructurales que demandan atención urgente. La educación es una herramienta transformadora con el poder de cambiar vidas y sociedades, por lo que es fundamental que todos los actores involucrados se comprometan a eliminar esta disparidad.
México se encuentra entre los países de América Latina con menor participación económica de las mujeres, ocupando el cuarto lugar. Fomentar la inclusión de más mujeres en el mercado laboral y garantizar su acceso a una educación de calidad no solo mejora sus oportunidades y condiciones de vida, sino que también fortalece a sus familias y representa una estrategia clave para aumentar la competitividad del país.
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